domingo, 16 de noviembre de 2014

Don Juan Tenorio...

Don Juan Tenorio

PARTE II
ACTO II
ESCENA II

Se ve a don Juan y estatua de Gonzalo con sombras de zombis que le acompañan. Al fondo hay una mesa elegantemente puesta en la que grotescos hombres lobos junto con payasos están  comiendo usando las manos y eructando sin parar.


Estatua: Aquí me tienes, don Juan, y vienen conmigo los zombis que envía el diablo reclamando tus sesos y vísceras como castigo divino.

Juan: ¡Jesús!

Estatua:  ¿Y de qué te alteras? ¿No te gustan tus futuros compañeros de mesa?

Juan: ¡Ay de mí!

Estatua:  ¿Qué? ¿El corazón te desmaya? Nuestros amigos prefieren su convite con vida, algo sobre que en sus sesos hay más sentido.

Juan: Creo que estoy perdido, lo que veo no puede ser verdad, debo de estar perdiendo la cabeza.

Estatua: Porque concluye tu existencia.

Juan: ¿Qué dices? ¿Por qué hablas estatua?

Gonzalo: Lo que te avisó doña Inés, lo que te he avisado yo, y lo que olvidaste, loco. Mas el festín que me has dado debo devolverte y te juro por lo más sagrado que me encargaré de que con vida estés cuando todos estos monstruos de ti se alimenten bien.

(Los hombres lobos y los payasos que van mudando sus ojos pintados a los de monstruosas serpientes se quedan mirando a don Juan fijamente, antes de seguir con su banquete)

Juan: ¿Qué me das?

Gonzalo: Te doy lo que tú serás. Aquí fuego, allí ceniza, pero todo después de que sufras una larga agonía.

Juan: Ceniza, bien, ¡pero fuego!

Gonzalo: El de la ira de dios que es tanta que ni el diablo te concede la eterna muerte, sino que te volverá como esos, un muerto viviente en pena, que tendrá solo sed de sangre y carne pero tú lo harás con conciencia.

Juan: ¿Conque hay otra vida y otro mundo? ¿Es verdad que a esto me pueden condenar? ¿A la condena de una vida eterna rodeado de mal? ¿Y ese reloj?

Gonzalo: El poco tiempo que te queda.

Juan: ¡Se está acabando ya!

Estatua: Sí, míralos ya se acercan.

(En ese momento se acercan los zombis a Don Juan, los hombres lobos vuelven la vista hacia el con los ojos en blanco y sangre y carne en la boca y en las manos. Los payasos se deslizan por el suelo como serpientes mientras se aplanan hinchándose solamente sus cuerpos con el movimiento de un falso respirar)

Juan: ¡Páralos! ¡Diles que no! ¡Injusto Dios! Ahora me muestras tu castigo cuando ya condenado estoy a padecerlo con dolor.

Estatua: Don Juan, Dios solo ayuda a quien se arrepiente, y de esos no serás tu...

(Manos empiezan a trepar por las piernas de Don Juan. Los hombres lobos lo olfatean y babean ya sobre él.)

Juan: ¡Imposible en un momento borrar treinta años de crímenes y delitos!

Estatua (tocan a muerto): Eso es, sigue así, compadécete de ti que el plazo va a expirar. Las campanas están doblando por ti, y están cavando la fosa en que te han de meter para que su festín los monstruos se puedan dar.

Juan: ¿Por mi doblan?

Gonzalo: Sí.

Juan (se oye el oficio de difuntos): ¿Y esos cantos funerales?

Estatua: Los salmos penitenciales que por ti quieren rezar, no saben los ilusos que estarás en esta vida más tiempo que ellos quizás y a sus hijos e hijas aterrorizaras.

Juan: ¿Y aquel entierro que pasa?

Gonzalo: El tuyo.

Juan:¿Muerto yo?

Gonzalo:  El capitán te mató a la puerta de tu casa.

Juan: Tarde la luz de la fé penetra en mi corazón, ¡Ah!  Por qué idiota de mi me gané a pulso la condena que ahora me van a imponer. Por qué burlé, robé, maté y todo por conseguir una muesca más en mi cinturón a consta de las castidades que veía y quería robar. No, no hay perdón para mí.

(A los zombis.)

Pero ahí estáis todavía inmóviles.

(A los hombres lobos)

Dejadme morir en paz.

(A los payasos que poco a poco han ido mudando sus ropas en serpientes viscerales)

¡Ya basta!¡No os acerquéis a mí!

(A la estatua)

¿Qué esperan de mí?

Estatua: Que mueras, para llevarse tu alma y tu ser. Don Juan; ya tu vida toca a su
fin o un nuevo y siniestro comienzo tal vez. Dame la mano en señal de despedida.

Juan: ¿Me muestras ahora amistad?

Estatua: Sí; que injusto fui contigo.

Juan:. Toma, pues.

(Le da la mano, que se la agarra fuertemente, y se la pasa a los zombis que empiezan a intentar mordisquearla ahí mismo)

Gonzalo: Ahora, don Juan, pues desperdicias también el momento que te
dan, ven con tus amigos y veras lo que es el infierno.

Juan: ¡Aparta! ¡Suelta engendro de Satanás! Soltadme la mano, que aún queda un
último grano en el reloj de mi vida. Soltadme digo, que si es verdad que el arrepentimiento da a un alma la salvación de toda una eternidad, yo, Santo
Dios, creo en ti. Si es mi maldad inaudita, tu piedad es infinita... ¡Señor, ten
piedad de mí!

Estatua: Ya es tarde, hambrientos están, déjales que te mordisqueen un poco más. Entrégate a ellos sin rechistar.


(De repente todos se alejan de don Juan, las serpientes-payasos se alejan siseando y arrastrándose, los hombres lobo huyen despavoridos con aullidos de terror y los zombis se esconden detrás de la estatua de Gonzalo. Frente a ellos aparece doña Inés, vestida de un blanco inmaculado, con brillo de diamantes en su piel y su pelo y toda ella  destellando tan fuerte que hasta don Juan ha de cerrar los ojos frente a ella)

1 comentario:

  1. Noelia, un trabajo francamente muy bueno, excepcional, notable, brillante, muy trabajado y currado. Mi más sincera felicitación. Tan solo tengo un par de cosas que señalarte en cuanto a la expresión escrita y a la ortografía, pero en verdad me interesa lo que acabo de decir, y es que tu trabajo me parece excelente.

    a) Cuidado con los vocativos, esa parte de la oración que debe ir encerrada entre comas y con que aludimos a la persona a la que nos estamos dirigiendo en un diálogo. Así, deberías haber puesto "¿por qué hablas, (COMA) estatua?".

    b) Cuidado con las tildes:
    -Mira, aquí escribes una palabra aguda acabada en vocal y no la acentúas: "a sus hijos e hijas aterrorizarás".
    -Tampoco respetas las tildes diacríticas, que convendría que repasaras: "¿por MÍ (con tilde) doblan?", aunque en otros momentos sí que utilizas el pronombre "mí" con tilde, o "los hombres lobo vuelven la vista hacia ÉL (con tilde)".

    No obstante, recupero la idea del principio: muy buen trabajo, felicidades. Supera estas pequeñas cosas para mejorar, porque confío en que el currazo que te metes tendrá su recompensa tarde o temprano.

    Y espero volver a verte por clase, es decir, que te recuperes pronto. Un saludo.

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